Los padres casi siempre nos cuestionamos sobre cómo afecta las evaluaciones en la vida de nuestros hijos, los presionamos y les exigimos que estudien. Así mismo les cuestionamos cuando bajan sus calificaciones, quizás sin considerar lo más importantes que es el proceso de aprendizaje. Hemos pensado ¿Cómo tanta exigencia o fracasos les pudiera afectar su autoestima? Hoy en La Casa de Titi tuvimos como invitada a nuestra querida amiga y psicóloga Lic. Gladys García, psicóloga escolar en colegios privados de Caracas, Defensora del Niño, Niña y Adolescente del Municipio de Chacao y Coordinadora del Proyecto Diversidad bajo Ataque de Amnistía Internacional Venezuela.
1- ¿ Cómo afecta el resultado de las evaluaciones al autoestima de los niños, sean altas o bajas ?
Depende, en algunos niños puede asociarse con su nivel de auto-aceptación o aprobación de sus figuras más cercanas, como padres, maestros y figuras referenciales. El tener que lidiar con el éxito y el fracaso, son factores que se modelan desde la infancia, el aprender a ganar o perder, el acertar o errar en alguna evaluación dependerá de cómo lo manejen los adultos, y en función de ello el niño o la niña actuará. En caso de obtener una nota baja o no esperada en una evaluación no debe ser motivo de fracaso o de sentimientos de falta de aprobación en un niño, en ocasiones son muchos los factores que inciden en el rendimiento en una evaluación determinada, condiciones físicas, psicológicas, nivel de conocimientos, control de la ansiedad, seguridad, entre otros. En dado caso, lo importante es reforzar la motivación a lograr superar los obstáculos y dar siempre lo mejor de uno mismo, para sentirse bien con uno mismo independientemente que la nota sea alta o baja.
2- ¿Afecta el resultado de las evaluaciones de sus hijos al autoestima de los padres?
En mi experiencia como psicólogo escolar, veía que a menudo los padres sentía como oportunidad de reconocimiento social o poder el expresar que su hijo o hija era el primero o la primera del salón. Que estuvo en el cuadro de honor por tercera vez o que nunca ha reprobado una materia. Pero más allá de eso la reflexión sería, si realmente nuestros hijos son felices o si realmente desean obtener una buena nota para obtener más amor y atención de sus padres. Nuevamente considero importante que la aceptación provenga de lo que es uno mismo y de lo que uno hace. En ocasiones las cosas pueden salir como esperamos y en otras oportunidades los resultados son diametralmente opuestos. Los padres deben amar a sus hijos como son, con sus aciertos y desaciertos, y eso siempre debe transmitirse.
3. ¿Por cuáles razones los padres son tan exigentes con los niños?
Por la necesidad de reconocimiento social, el querer llegar a ser lo que yo no fui, se considera que el éxito académico es directamente proporcional al éxito en la vida, y esto no necesariamente es así, aquí entran en juego, situaciones como la inteligencia emocional. Se sabe que podemos tener personas brillantes cognitivamente hablando pero incapaces de tener habilidades y competencias para la vida que les permitan ser empáticos, solidarios, dispuestos a apoyar y que no se conviertan en seres que muchas veces compiten por ser los mejores, lo cual no critico, pero no debe ser el centro de nuestras vidas. Debemos formar equilibradamente tanto en lo cognitivo como en lo emocional.
4. ¿Qué consejos le puedes dar a los padres y a los docentes para que se valore el proceso y el progreso del niño y no el resultado final de una prueba?
Hoy en día está más que demostrado, y en mis casi 20 años como psicólogo clínico y escolar, que lo importante es valorar los procesos, todo lo que llevó al niño a lograr lo que es hoy en día, tiene mucho más significado. Un resultado de una prueba no dice tu valor como persona, tampoco el puesto que ocupas dentro de la promoción. Sin embargo, creo que es importante sensibilizarnos ante lo humano…sensibilizarnos ante las demandas de nuestros niños y jóvenes las cuales van mucho más allá de una nota o de una evaluación.
5. ¿Cuáles serían los casos que has tenido con más frecuencia en consulta en relación a las evaluaciones y a la autoestima de los niños?
En consulta he visto muchos niños y adolescentes con grandes dificultades de tolerar fracasos, pero esto asociado a la aprobación de sus padres o de sus amigos. Esto genera grandes montos de angustia, estrés y problemas psicosomáticos relacionados con la exigencia de un padre, de un maestro o de alguna institución educativa. Queda la labor de repensar cuál es el tipo de educación que queremos para nuestros niños y adolescentes. La autoestima es fundamental en muchas áreas de la vida, no sólo la escolar, sino la familiar, la laboral y hasta la personal. Es importante que podamos construir puentes de comunicación, de entendimiento y de aprender a tolerar las frustraciones que diariamente deben afrontar niños y adolescentes que se exponen a una evaluación. La evaluación debe ser más relacionada con el proceso en sí que con la nota final. Es por ello que su carácter cualitativo brinda muchas veces la posibilidad de valorar más ampliamente la diversidad del ser humano, y entendiendo que cada proceso educativo es individual para cada persona. Si esto no se comprende es poco lo que podemos hacer al momento de educar.
6. ¿Qué debilita más la autoestima de los niños, la exigencia escolar o la exigencia de los padres?
Yo diría que ambas por igual. La exigencia escolar de alguna manera impacta sobre la valoración del niño o adolescente, esto por figuras como maestros o incluso su grupo de compañeros que pueden discriminar muchas veces por obtener una baja calificación y no estar dentro del grupo de los «buenos estudiantes». Estas son situaciones que generan dolor y dejan marcas en aquellos en los que el proceso educativo es un poco más difícil de sobre llevar. Por otro lado, la presión de los padres por tener las notas esperadas e incluso relacionar con la aceptación que se le puede brindar a los hijos de acuerdo a si llena o no mis expectativas. En algunos casos las comparaciones que se hacen entre hermanos, también hace mella importante en la autoestima de los niños y adolescentes.
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«Si queremos un mundo de paz y de justicia debemos poner decididamente la inteligencia al servicio del amor». Antoine Exupéry