A veces nuestros hijos se pueden poner difíciles de controlar por problemas de conducta que nos hacen molestar y estallar. Una adecuada forma de disciplinarlos nos ayudará a manejar la situación de una forma inteligente, sin entrar en conflictos, evitando así regañarlos o reñirles a menudo. De acuerdo a la Dra. Pilar Gamazo, Psiquiatra Infantil y del Adolescente, prestarles o no toda nuestra atención en esos momentos puede ser clave para lograr modificar esas conductas. Muchas veces pensamos que no prestar atención a un niño cuando tiene una rabieta, o cuando molesta al resto no es disciplina. Pero el refuerzo de la conducta de los niños puede mantenerse dependiendo de la atención que reciben. Una atención negativa, como regañarlos o gritarles, puede significar una recompensa para ellos. Y muy por el contrario, no prestar tanta atención a ese comportamiento momentáneo puede ser una técnica de manejo muy eficaz llegando a eliminar problemas del día a día en la vida de nuestros pequeños.
Si los padres se muestran constantes en esta técnica, el niño acabará entendiendo que actuando de esa manera no tiene ninguna recompensa, por lo que de forma paulatina se da cuenta de que no va a obtener ningun premio y dejará de actuar de esa manera. No obstante, al principio puede producirse un incremento de la frecuencia de la conducta que intentamos evitar. Esta estrategia funciona en conductas inadecuadas que no representen peligros para ellos y que no requieran de una intervención inmediata, como por ejemplo, las rabietas, burlas, peleas menores, hábitos molestos, etc.
Sin embargo, puede suponer un gran reto para los padres, no obstante, los resultados están garantizados en la mayor parte de los casos. La Dra. Gamazo, nos da algunos consejos para evitar reforzar las conductas negativas de nuestros hijos:
1. Evitemos el contacto visual y discutir en ese momento
Cuando quieras cambiar ese comportamiento evita el contacto visual y trata de no discutir con ellos, porque el niño lo entiende como atención. La expresión de los padres debe ser neutral, con sutileza y debes estar preparado para que el niño te pruebe con regularidad.
2. Distraigamos a nuestro niño para cambiar su atención
Una manera de cambiar su atención es distraerlo con otra cosa o con una opción diferente. También saliendo de la habitación o hacer comentarios de otras cosas que pueden estar sucediendo fuera de casa. En ese momento puede que cese su mal comportamiento, igualmente es necesario también reforzar las conductas positivas.
3. Ignorarlos para trabajar el autocontrol
Algunos padres piensan que no basta con ignorarles, dado a que algunas conductas necesitan disciplina o que no prestándole atención pudiera afectarles su autoestima. Sin embargo, estudios demuestran que es una manera de disciplina, ya que se mantiene una relación muy positiva entre el padre y el niño que se basa en el respeto, no en el miedo. Se demuestra que se puede mantener un autocontrol, incluso si hay conflicto. Si no te enfadas por este tipo de conductas, el niño entenderá que no hay recompensa y que no merece la pena seguir con ese comportamiento.
4. Darles atención cuando las conductas pasen
Darles toda nuestra atención, apoyo y aprobación cuando estas conductas se pasen. Es importante porque de lo contrario los niños pueden llegar a sentirse abandonados.
5. La importancia de dar la atención a las conductas positivas
Es recomendable estar atento cuando nuestro hijo se porte bien, comparta sus juguetes o juegue en paz, son conductas que no tienen que ser ignoradas, ya que si lo son tienden a desaparecer. Los padres suelen reaccionar solo cuando el niño actúa de manera negativa y se ignora cuando se porta bien, lo que favorece las actitudes negativas. Es de vital importancia que cuando el niño cambie su comportamiento, se le preste atención de nuevo y se le elogie por lo que hace bien. La combinación de ambas actitudes es lo que cambiará el ciclo de conductas negativas.
6. Mantén el control de la situación
La técnica de no prestar atención en esos momentos de hábitos molestos, no va a mejorar la conducta a no ser que se haya establecido una relación positiva y de confianza. No obstante, no prestar atención a algunas conductas negativas en concreto no va a aumentar las positivas. Para esto es necesario reforzar las conductas positivas cuando el niño las realiza. Así obtendrán excelentes resultados a través del refuerzo positivo.
Fuente: Topdoctors, Team La Casa de Tití.