La presencia de los abuelos en la vida de un niño deja huellas profundas. Para empezar nuestra serie de «Roles de Familia» vamos a hablar sobre los abuelos. Siempre se habla de lo flexibles, poco rígidos y poco disciplinados que son con los nietos, a diferencia de lo que fueron con sus propios hijos. Y es que los abuelos ya criaron y ahora les toca consentir, mimar y compartir libremente sin la preocupación de disciplinar y educar. Eso es tarea de los padres.
Cómplices y Confidentes
Danaris Moraz, psicóloga infantil y de familia dice que «La figura del abuelo es referente de la historia familiar. La relación de los niños con sus abuelos se constituye en un apego múltiple, donde se establece una conexión como la que se tiene con los padres, pero cuya profundidad es diferente a la que los pequeños tienen con mamá y papá.»
Cuando los nietos se sientan a escuchar los cuentos de los abuelos, de su juventud, sus experiencias y anécdotas de vida, se va fortaleciendo un vínculo más allá de una simple conversación. Se van estrechando los lazos familiares, los valores, la educación y la cultura familiar. Se va formando en los niños el sentido de pertenencia.
Los abuelos dedican con devoción tiempo a sus nietos. Con su experiencia y su sabiduría se convierten en sus confidentes y con paciencia los escuchan y los aconsejan. Se hacen cómplices. Comparten ratos que son solo para ellos: comidas especiales que solo se hacen en casa de los abuelos, lugares que solo se visitan con ellos, dulcitos que nos llevan cuando nos buscan a la escuela, cuando nos piden ayuda nos sentimos orgullosos de ello. Muchos tendrán un sin fin de recuerdos de los abuelos que se atesoran por siempre.
Apoyo incondicional
Hoy en día en muchos hogares ambos padres trabajamos. Aquí los abuelos son figura fundamental. Muchas veces nos ayudan al cuidado de nuestros hijos: llevarlos y buscarlos a la escuela, a las clases extracurriculares, es decir nos apoyan en general en todas las dinámicas familiares. Sin embargo, dicen los expertos, esa labor en la crianza debe tener pautas y límites, pues no se trata de sustituir el papel de los padres, sino de servir de acompañamiento. Los abuelos tienden a caer en un consentimiento no muy bueno, lo que a futuro, “puede confundir a los niños en sus obligaciones y en el aprendizaje de las reglas”.
Nosotros como padres tenemos la responsabilidad de cuidar y educar a nuestros hijos. Los abuelos no son los que tienen a cargo formalmente su crianza. Ellos nos acompañan, nos apoyan y nos hacen sentir que contamos con ellos de manera incondicional.
La psicóloga y educadora Annie de Acevedo anota, “todo aquel que tuvo abuelos presentes mientras crecían guarda recuerdos hermosos de ese apoyo incondicional. Las vacaciones con ellos, sus regalos y el tiempo compartido dejan huellas imborrables en los nietos. Son muy afortunados aquellos que tuvieron abuelos involucrados, pues contaron con una fuente de amor adicional en sus vidas”.
Fuente: El Tiempo, Team La Casa de Tití