Ser positivos está bien. Ver el lado positivo de las cosas no es algo malo, pero escuchar nuestras emociones y escucharlas y reconocerlas, aunque sean negativas es muy importante. Intentar ser positivos constantemente es negar muchas veces nuestros sentimientos. El psicólogo Konstantin Lukin nos dice que estas emociones se pueden hacer cada vez mas grandes dentro de nosotros, las vamos acumulando y pueden llegar a convertirse en una situación insostenible. Las psicólogas Samara Quintero y Jamie Long, explican que ser siempre positivos se vuelve negativo cuando esta actitud se usa para reprimir emociones como el resentimiento, tristeza o enojo. Esto puede llegar a ser “tóxico”.
¿Qué es positividad tóxica?
«Es la sobregeneralización excesiva e ineficaz de un estado feliz y optimista en todas las situaciones. El proceso de positividad tóxica resulta en la negación, minimización e invalidación de la auténtica experiencia emocional humana«. Quintero y Long.
Demos un ejemplo
En el caso de la enfermedad por COVID-19, si una persona tiene mucha ansiedad y miedo, ver una actitud de “todo estará bien”, “no pasa nada” o similar por parte de sus seres queridos, puede hacer que se aleje por verla poco accesible emocionalmente o miedo a que rechace sus emociones. “Imagina tratar de tener una relación significativa con alguien que ignora la tristeza o la ansiedad”, dice Lukin.
Signos del positivismo tóxico
- Escondiendo o enmascarando los verdaderos sentimientos.
- Fingiendo que todo está bien.
- Sentirse culpable de sus emociones negativas.
- Minimizar las experiencias de otras personas con frases como “todo estará bien”, “hay que ser positivos” o similares.
- Consolar a otro dándole perspectivas, es decir, diciendo “podría ser peor”, en lugar de validar sus emociones o experiencias.
- Atacar, humillar o castigar a alguien por expresar frustración, ansiedad, tristeza o cualquier cosa que no sea positividad.
- Ignorando los sentimientos diciendo cosas como “así pasa”.
¿Por qué es nociva la Positividad tóxica?
- Produce vergüenza: esperar a que alguien siempre se encuentre bien o tenga una perspectiva positiva puede alentar al otro a guardar silencio sobre lo que está pasando o sintiendo.
- Suprime las emociones: negar los sentimientos u ocultarlos puede producir estrés. En la vida hay momentos tristes, dolorosos y difíciles.
- Produce aislamiento: crearse una personalidad falsa, presentarse como alguien positivo y alegre, puede llevar a que se pierda la conexión con uno mismo, y con los demás, provocando aislamiento.
¿Cómo evitar el positivismo tóxico?
Aceptar que existen emociones negativas ayudará a sobrellevarlas y a disminuir su intensidad. Lukin nos dice que al compartirlas, las podemos procesar y puede llevarnos a ser más abiertos con nuestros seres queridos. Hablar de cómo nos sentimos, en lugar de siempre pretender que todo está bien. Hablar de nuestros sentimientos con otra persona puede ayudarnos a encontrar confort o apoyo, en lugar de rechazo.
Hablemos con nuestros hijos
Es muy importante hablar con nuestros hijos sobre nuestros sentimientos y emociones. Dejarles saber lo que sentimos hará que ellos mismos se sientan en confianza para expresar sus propios sentimientos. Hay momentos en que se pueden sentir tristes, disgustados o felices y eso está bien. Compartiendo esas emociones con nosotros los podemos ayudar a sobrellevar mejor cualquier situación y a medida que vayan creciendo serán capaces de manifestar y expresar libremente sus sentimientos a otros. No debemos negar ni reprimir lo que sentimos.
Fuente: Observatorio Tec. Monterrey, Team Casa de Tití