La disciplina es una parte fundamental en la crianza de nuestros hijos, el seguimiento de rutinas y normas desde muy temprana edad nos facilita a desarrollar el respeto, a establecer límites y a fomentar el buen comportamiento de nuestros hijos, por muy pequeños que sean. Aquí te compartimos unos consejos para lograr la disciplina en el día a día de forma natural.
Según la psicóloga Deborah Roth Ledley en su libro «Convertirse en una mamá tranquila: cómo manejar el estrés y disfrutar del primer año de maternidad», establece algunas pautas básicas de estrategias que ayudan a comenzar a disciplinar a los niños desde el primer año de vida.
Un bebé de un año no es demasiado pequeño para que entienda lo que está mal. Cuando nuestros hijos de un año gritan, pidiendo algo o tirando cosas, pudiera ser difícil saber cómo lidiar con su comportamiento. Quizás pensamos que es muy pequeño para que entienda. Sin embargo, para esta experta es el momento perfecto para que comencemos a enseñarles la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto. «Los padres a menudo piensan en la disciplina solo en función de castigo, pero el origen de la palabra es “enseñar”, ya que la disciplina consiste más en socializar a los niños y enseñarles bien cuáles son los límites», dice en en su libro. A continuación, las cuatro pautas que nos recomienda ésta psicóloga:
- La distracción
El primer paso es la contención a la hora de gritar a nuestro hijo cuando haga algo mal. Si respondemos gritándoles, el niño sentirá el tono de voz y esto le hará enfadarse aún más. «En cambio, si rápidamente, y con calma, hacemos que haga otra cosa mientras de forma suave le decimos que eso no está bien, podemos reforzar una buena disciplina», comenta la experta. “Se trata de redirigir su atención, si, por ejemplo, se sube al brazo del sofá, podemos inmediatamente coger un objeto y jugar con él, mientras le explicamos que no está bien subirse al reposabrazos o a otros muebles. Y esta es una táctica que, con el tiempo, el niño interioriza».
- La consistencia y alineación
Cuando cedemos en alguna ocasión y le damos una chuche, chocolate o una galleta antes de la cena a nuestro hijo, podemos pensar que “por una vez” es algo inofensivo, pero si cedemos a sus demandas, en realidad, les alentamos a intentar salirse con la suya la próxima vez. «Es importante establecer límites y seguirlos siempre. No se le deben enviar mensajes mezclados al niño, y estar de acuerdo también con la pareja para establecer esas rutinas, sobre lo que se le permite y lo que no» explica.
- Mantener al niño positivo
No debemos decir continuamente la palabra «¡No!» . Si, por ejemplo, el niño va a tocar la puerta del horno caliente, si debemos decir rápido y con firmeza un «¡No!» y con voz severa. Pero cuando su comportamiento no sea peligroso, debemos expresar lo mismo con palabras positivas. “Si se quiere quitar los zapatos en el coche, en lugar de decir enérgicamente un no, podemos comentarle que se los deje puestos hasta llegar a casa y que luego podrá correr sin ellos”, aconseja.
- Enseñándoles cómo se hace una cosa
Lo que realmente funciona mejor para tu hijo es que vea con sus propios ojos como su mamá o su papá hacen algo. “Los niños pequeños obtienen más de ver lo que haces que escuchar lo que dices”, explica la experta. Así, si no quiere cepillarse los dientes antes de dormir, puedes establecer la rutina de hacerlo tú con él todos los días, hasta que se acostumbre. “Guiarle mediante un abrazo suave, y hacer tú las acciones con tu hijo, es lo que mejor refuerza la disciplina».
Fuente: El País, Team La Casa de Tití.