Conversamos con una amiga muy querida de la familia, para que nos cuente un poco cómo han sido para ella y su familia estos meses de confinamiento y cómo los han sobrellevado. Nos expresa los sentimientos y emociones que ha vivido en esta etapa tan particular con especial sinceridad.
Les contamos que ella y su esposo forman una bella familia junto a sus dos hijos de 12 y 14 años, y una bellísima pomeranian de cuatro meses que es un miembro más en la familia. Ella tomó la decisión de separarse de su profesión cuando nació su primer bebé y dedicarse a ser mamá y ama de casa.
En esta época de confinamiento, ambos chicos están en la escuela en modo virtual desde marzo pues según las autoridades de salud en Costa Rica, este año lo terminan bajo esta misma modalidad. Mientras los chicos están en sus clases, se pone al día con todas las labores domésticas. Su esposo la ayuda los fines de semana y los chicos tienen sus responsabilidades asignadas. No ha tenido que asumir el rol extra de algunas mamás de ser «maestra» en casa también. Por las edades de sus hijos y debido a que ellos siempre han sido muy independientes, no han necesitado apoyo académico de su parte.
Ahora con la pandemia, suspendió el servicio doméstico para no romper la burbuja familiar. En las tardes, como ya no salen, las aprovecha para cocinar, leer, ver tv y trata de sacar siempre un ratito para ella… disfruta tomarse un té todas las tardes mientras conversa virtualmente con amigas y familiares; o viendo alguna serie de Netflix.
Quisiéramos preguntarte sobre los sentimientos y emociones que has experimentado en este complejo confinamiento.
¿Cómo ha afectado el confinamiento tu dinámica familiar?
Honestamente nos hemos acomodado muy bien, no podemos quejarnos. Cada chico tiene un escritorio en su propia habitación y mi esposo su oficina en la casa; así cada quien tiene su espacio. Nos hace mucha falta salir de paseo, viajar, ver a los abuelos, compartir con amigos; pero hemos sido bendecidos de vivir este confinamiento bajo estas circunstancias. Tomamos la decisión de comprar una perrita, la cual ha traído una alegría inmensa y ha roto la rutina.
¿Cómo han manejado tus hijos emocionalmente todo este cambio?
Ambos son muy maduros para su edad, y siempre les hemos explicado todo de la manera más transparente posible; la pandemia no ha sido la excepción. Aunque extrañan a sus amigos del colegio y a sus familiares, comprenden que el distanciamiento físico es una medida por el bien de todos.
Con el paso del tiempo, han empezado a ver que sus amigos rompen sus burbujas, lo cual sí les empezó a afectar, pues ellos quieren hacer lo mismo y nosotros no los dejamos.
Empezamos a notar que uno de ellos estaba emocionalmente sensible y que el confinamiento (ya llevamos 7 meses) ya le estaba afectando, de manera que le permitimos verse con un amigo. Sabemos que nos corríamos el riesgo de ser contagiados, pero la salud mental es igual de importante.
¿Cómo has manejado emocionalmente todo este cambio?
Personalmente no ha sido fácil, pues soy una persona ansiosa y necesito tener todo bajo control. Esta nueva realidad me ha exigido a comprender que es imposible tener todo bajo control y por ende he necesitado varias sesiones con una psicóloga para controlar mis pensamientos y mejorar los niveles de ansiedad. Siento una inmensa responsabilidad por mantener a todos en casa sanos.
¿Qué crees que han aprendido tus hijos de esta experiencia?
Espero que hayan aprendido a darle gracias a Dios por las bendiciones que nos da y a pedirle por quienes no la están pasando tan bien. Han aprendido de paciencia y autocontrol para seguir las normas por un bien común. Disciplina y responsabilidad para recibir sus clases virtuales.
¿Qué crees que has aprendido tú de esta experiencia?
Definitivamente que no puedo tener todo bajo control, el hacerlo me desgasta y no me permite disfrutar el día. He aprendido que la vida cambia en un instante y que debemos aprovechar al máximo toda oportunidad para compartir con nuestros seres queridos y manifestarles nuestro amor. He aprendido que la mente es tan poderosa que es capaz de hacernos creer todo lo que le permitamos.