Hoy día de la Amistad Internacional queremos compartir un tipo de amistad muy especial y frecuente en la infancia: «los amigos imaginarios». Estos amigos inventados pueden ser los compañeros de juego de nuestros hijos cuando son pequeños. Nuestros hijos manifiestan su creatividad inventando aventuras e historias fantásticas con ellos. ¿Por qué ocurre esto? ¿cuáles son los beneficios de tener amigos imaginarios? ¿Por qué a veces nos preocupa?
Los amigos imaginarios es un fenómeno absolutamente normal dentro del desarrollo infantil que ocurre a partir de los dos o tres años. Son más propensos los hijos únicos que conviven solos con el mundo adulto y que no han asistido todavía al colegio o la guardería. Los amigos imaginarios pueden adquirir diferentes formas, son personajes inventados, personas, objetos, peluches, personajes de dibujos animados o películas. Cubren un espacio de fantasía, donde el niño puede conversar libremente y jugar. Los amigos imaginarios es más frecuente en los niños más sensibles, con una creatividad y fantasía mayor.
Los amigos imaginarios le hacen bien a nuestros hijos
- Dan rienda suelta a la fantasía: el niño tiene un mundo imaginario donde crea aventuras, historias, que le permiten desarrollar su creatividad.
- Desarrollan sus emociones: el niño tiene un mundo imaginario donde se siente libre de expresar sus miedos, alegrías, preocupaciones…
- Proyectan conflictos internos: exteriorizan conflictos lo cual es ventajoso por que sino quedarían encapsulados.
- Vencen obstáculos: a través de su imaginación, el niño crea historias en las que su “héroe” vence al mal. Se sienten fuertes ya que viven el éxito a través de sus imaginaciones. Lo que podemos interpretar como alimento de su autoestima.
- Desarrollan la empatía: empatizando con sus amigos imaginarios, también lo hará con sus amigos reales.
- Mejoran el lenguaje: desarrollan una mayor habilidad en la comunicación, ya que el niño ensaya de forma libre y lo aplica al resto de sus conversaciones.
La actitud de nosotros los padres
- Evitemos delegar en su amigo imaginario las culpas de algo que haya hecho el niño.
- Fomentemos el contacto social, llevándole a parques donde haya más niños o invitando a otros amigos a casa y permitiendo que vaya a las suyas.
- Démosles libertad de elegir sus actividades lúdicas sin marcar en exceso lo que debe hacer. Limitar con balance la televisión y los videojuegos.
- Facilitemos su libertad de expresión, ofreciéndole: hojas, pinturas, pinceles, marcadores, plastilina, y lo que requiera para expresarse.
Aspectos que debemos observar
- Conductas Agresivas: El contacto con estos amigos imaginarios se orienta a conductas agresivas o que solo le sirve para pelear con ellos.
- Si se extiende de la edad: De siete u ocho años, para suplir la falta de amistades reales significaría una huida de la soledad.
- Si muestra introversión: Observa si existe una especial introversión o retraimiento social a partir de la aparición del amigo imaginario.
- Cuando se esconde: Si protege en exceso a los amigos imaginarios o se resguarda bajo ellos.
- Cuando se aparta de la realidad: Si se aparta de la realidad o no es capaz de discernirla y salirse de su mundo.
- Si rehuye responsabilidades: El amigo imaginario le sirve como excusa para rehuir sus responsabilidades y su tarea.
Fuente: Mi pediatra, Team La Casa de Titi.